Cuando todo sale mal

Suena el despertador como todos los días a las 8 de la mañana. Te despiertas, te duchas, desayunas algo y te dispones a afrontar el dia que te espera por delante. Vas a ir a la universidad y tienes que coger el bus, entonces te diriges a la parada y en el luminoso que hay encima de la parada ves que el siguiente llega en un cuarto de hora, cuando el que debes coger debería de estar allí: conclusión, has perdido el bus. Te empiezas a mosquear porque puede ser que llegues tarde a clase si tienes que ir andando, aunque sabes que si coges el coche puedes llegar antes, pero no tienes ganas de caminar después de haber perdido el autobús. Mientras solo piensas en que el conductor ha salido antes de hora y te acuerdas de su familia vas a coger el coche.

Te montas en el coche y te diriges a la universidad. En mitad del camino, como es temprano, se agolpan todos los coches de las personas que tienen que trabajar y pierdes cinco minutos parado sin avanzar. Cuando llegas por fin a la zona donde sueles aparcar (faltan diez minutos para que empiece la clase) te das cuenta, que por unas obras que hay un poco más abajo en la calle, el parking de la zona está cerrado y todos los coches han aparcado donde siempre sueles aparcar tu, dejándote sin sitio para aparcar y tardando más de lo que esperabas en encontrar un aparcamiento. Al final decides dejarlo en un hueco muy estrecho donde rozas el coche con una columna.

Vas corriendo hacia clase esperando poder llegar un poco antes que el profesor si se ha retrasado o que no le importe dejarte entrar cinco minutos tarde. Cuando llegas, bastante cabreado por lo "bien" que te ha ido el dia, el profesor te dice que ya no puedes entrar porque has llegado demasiado tarde. Al final te quedas sentado fuera, esperando sin poder ir a clase mientras maldices al resto de personas que te han puteado durante la poca mañana que ha pasado.

Ahora volvamos al principio. Llegas a la parada de autobús y te das cuenta de que el bus ha partido. Piensas si es que de verdad ha partido o es que el reloj está mal. Con calma preguntas a otro bus y te dice que no, que el autobús se acaba de ir porque hoy empezaba la obra que iban a hacer en la calle de la facultad y llevan los horarios un poco desajustados. En ese momentos piensas en ir en coche, pero te paras a pensar: si hay obra en la calle va a estar aquello que no se va a poder pasar y voy justo de tiempo. Entonces decides ir andando para ahorrarte los atascos y tener que buscar aparcamiento. Después de veinte minutos andando llegas a clase casi a la vez que el profesor.

La diferencia: lo que en el poker se denomina "tilt". En el primer caso el hecho de que "al conductor le haya dado por salir antes" te mosquea de tal forma que ya no eres capaz de pararte a racionalizar con calma y elegir la opción adecuada. Esta elección te lleva a unas consecuencias a las que no has sido capaz de anticiparte porque no te has parado a "planear la jugada".

Todo jugador de poker debe ante todo tener la cabeza fria y saber que el buen juego se ve recompensado a largo plazo. Si no es capaz de tener esto siempre en mente no se puede llegar a ser un buen jugador de poker y me atrevería a decir que está destinado a fracasar. Si no se tiene en cuenta que las ganancias llegan a largo plazo uno puede empezar a desesperarse porque tus cartas no llegan, y empezar a pensar que todo el mundo te está metiendo faroles cuando te suben la apuesta e intentar llevárte tu el bote con contrafaroles sin sentido ninguno.

Es totalmente normal que en la carrera de un jugador de poker se den lo que se denominan "swings": las subidas y bajadas del bank mientras se juega. Esto se debe al carácter aleatorio del poker, que es un juego de azar. Puede ser que por muy bien que se juegue, siempre con ev+, uno tenga una temporada (en el poquer el tiempo se mide en número de manos, lo que es sistema de unidades pokeril, xD) en la que no lleguemos a ligar nada y cuando ligamos terminamos perdiendo igual porque ligan mejor mano que nosotros. Un buen jugador de poker debe de ser totalmente de piedra en estos casos y jugar sin ningún sentimiento. Ser totalmente consciente de que aunque hayas perdido un bote de $600 en verdad lo has ganando, porque antes de que saliera el river ibas por delante un 95% de las veces, y volver a jugarlo igual la próxima vez que pase.

El hecho de que seamos personas hace que esto sea practicamente imposible. Cuando la suerte quiere que pierdas ese bote, y ves como el bote se va a tu adversario, te entra una mala leche por dentro que tardas 0.2 segundos en ponerle una nota al villano homenajeando a su madre. Esta reacción, el hecho de cabrearte y cogerle un odio especial al villano, hace que los sentimientos influyan en tu juego y no seas capaz de ver que es preferible "irse andando antes que coger el coche".

El tilt es esa mala leche que se apodera de nosotros y que nos nubla la razón. Es el peor amigo de un jugador de poker y más aún cuando se encuentra en una mala racha. La forma de salir de una mala racha es siempre la misma: PACIENCIA Y JUGAR BIEN. Las malas rachas no se van rezando ni poniendo patas de conejo al lado de la pila de fichas, se van jugando bien y esperando.

Cuando el tilt entra en juego entonces hay que tener en cuenta varias cosas. Lo primero es detectarlo. A veces cuesta darse cuenta de que estamos en tilt, pero si nos damos cuenta de que por ejemplo estamos jugando más agresivos de lo normal, que hacemos los botes enormes con manos mediocres, que pagamos mucho por los draws o que jugamos con miedo a que nos revienten la mano... en definitiva: que estamos jugando mal; entonces podemos asegurar que estamos en tilt. Si no somos capaces de controlarlo hay que adoptar algunas medidas:

1.- Repasar manos y ver que es lo que se puede areglar: Parece tontería y una obviedad, pero siempre ayuda porque suele pasar que no sabemos donde fallamos mientras estamos borrachos de mala leche.

2.- Descansar e intentar buscar soluciones: Es lo más importante cuando hemos caido en tilt y no somos capaces de deshacernos de él. Dejar de jugar unos días y desconectar del poker casi por completo. Irse con los amigos, la novia o ponerte a dar vueltas con la bici o darte golpes contra una pared. Lo que cada uno prefiera, pero olvidarse del poker. Cuando creas que ya estás bien, que estás más calmado entonces podrás volver a las mesas y aplicar las mejoras que has decidido hacer en tu juego.

3.- Por todos los santos ¡NO SE TE OCURRA SUBIR DE NIVEL PARA RECUPERAR LAS PÉRDIDAS! Lo más importante, el Dios del poker, es el control del bank. Lo peor que se puede hacer en una mala racha y más aún mientras estás tildado es subir de nivel para recuperar ganancias. Se te puede dar bien, puedes tener suerte, o puedes empeorar tanto las cosas que tu cajero empiece a tener el aspecto de una caja de donuts.


Conclusión: Si estamos en una mala racha lo mejor es seguir jugando bien y tener paciencia. Si el tilt se nos mete en la cabeza hay que intentar desahacerse de él, y si no es posible, dejar de jugar una temporada y hacer algo que no tenga nada que ver con el poker.

Si hay algo bueno de las malas rachas es que te hacen más fuerte y te vas endureciendo de tal forma que empieza a dejar de dolerte casi todo y curtiéndote como jugador de poker pero aún así, espero que no tengáis que voleros duros de esta forma, porque digo por experciencia propia que es bastante poco agradable perder medio bank por mala racha y tilt.

Saludos y suerte en las mesas!